Con la crisis económica que sufrimos desde hace varios años se ha multiplicado el número de personas que no llegan a fin de mes y que no consiguen el dinero suficiente para poder mantener a su familia. Hay más pobreza y, por lo tanto, más hambre. Sin embargo, en el mundo se siguen malgastando cantidades de comida impensables e inconcebibles. ¿Cómo es posible que esto suceda?
Al principio del programa, el consultor social Manuel Bruscas nos explica que los principales responsables de este desperdicio de alimentos son los supermercados, actuando a tres niveles diferentes:
- Por una parte, exigen a los productores de alimentos que éstos tengan unas características no sólo en cuanto a calidad o cantidad, sino también fisicas y estéticas, de tal forma que el productor se ve obligado a producir mucho más de lo necesario y a desechar todos aquellos alimentos que no cumplan estos requisitos.
- En segundo lugar, los propios supermercados piden más cantidades de las que luego van a vender sólo para llenar las estanterías y proporcionar al consumidor más seguridad en su compra. De esta forma, se añaden constantemente nuevas cantidades para que nunca se vean estas estanterías o cajas vacías, y esto implica que los alimentos se estropeen y haya que tirar con ellos.
- Por último, también influyen sobre lo que los consumidores vamos a comprar no adaptando los envases a las diferentes demandas de cada persona o familia, o haciendo ofertas que nos incitan a comprar más de lo que necesitamos.
Está en nuestras manos disminuír estos alarmantes números y ayudar a quienes lo necesitan, es cuestión de moral.
Si quieres más información acerca de este tema, puedes ver el programa completo aquí.
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