A menudo podemos ver campañas publicitarias que nos recomiendan el consumo del tomate en cualquiera de sus variantes (crudo, salsa de tomate, ketchup...) argumentando que es una gran fuente de licopeno, bueno para nuestra salud. ¿Qué tiene esto de cierto? ¿Qué es el licopeno y qué beneficios nos aporta? Descúbrelo, te lo contamos a continuación.
El licopeno es un carotenoide que se encuentra en diversas frutas y verduras como la sandía, los albaricoques, las zanahorias, los pimientos y, por supuesto, en el tomate, que es el que mayor cantidad contiene. Es un pigmento que les proporciona a estos alimentos su color intenso, de tal forma que cuanto más maduros estén y más color tengan, mayor será su contenido.
Al igual que muchas otras sustancias esenciales, el licopeno no se sintetiza de forma natural en nuestro organismo, por lo que debemos introducirlo en nuestra dieta. Como es evidente, la forma de hacerlo es consumiendo los alimentos que hemos mencionado, y teniendo en cuenta que el licopeno se aprovechará mejor si han sido cocinados que ingiriéndolos crudos. Es por esto que muchas dietas recomiendan el consumo del tomate en forma de jugos, salsas de tomate frito, o ketchup. Además, existen otros ingredientes que favorecen su asimilación, como por ejemplo el aceite de oliva, puesto que el licopeno es una sustancia liposoluble.
Bien, ya sabemos qué es el licopeno y de qué forma podemos conseguirlo pero, ¿qué nos aporta? ¿Cúales son sus beneficios?
Pues su principal cualidad es la de ser un gran antioxidante, es decir, evita la oxidación de nuestras células; su consumo (6-7 mg diarios) ha sido relacionado con la prevención del cáncer de próstata; ayuda a nuestro sistema inmunológico reforzando nuestras defensas; se piensa que podría prevenir la aparición de enfermedades coronarias reduciendo el conocido como "colesterol malo". Además, al evitar la degeneración celular, se considera un factor protector para el síndrome de degeneración macular, la segunda causa de pérdida de la visión en personas de edad avanzada.
Son muchas las aportaciones del licopeno a nuestra salud, pero el tomate por sí mismo tiene algunas más, dado que su zumo, mezclado con otros jugos, puede ayudar a purificar los riñones eliminando así la nefritis; es bueno para la acidez, la artritis y el dolor de cabeza (especialmente mezclado con zumo de limón).
Además contiene vitaminas C y A, y minerales como el hierro, fósforo,
calcio, magnesio, zinc, cobre, potasio y sodio; se considera un gran afrodisíaco ¡y casi no tiene calorías!
Atrévete a añadirlo en tu dieta y descubre todos estos beneficios y muchos otros más.
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