Para empezar, diremos una vez más que la comida debe ser variada y contener todos los nutrientes que necesita nuestro organismo para llevar acabo todas sus funciones. Por lo tanto, es necesario que la comida sea pausada, que dispongas del tiempo suficiente para realizarla y no comas con prisa. Si consigues tener tiempo para comer, podrás seleccionar bien los alimentos sin saltarte ninguno.
Además, esta calma te permitirá trocear bien la comida y masticar bien los alimentos, otro buen hábito que debes adquirir. Es necesario ingerir cantidades pequeñas y masticar varias veces antes de tragar, para que la saliva actúe de forma adecuada y los alimentos queden correctamente triturados. Esto ahorrará mucho trabajo al estómago que estará mejor preparado para recibir el bolo alimenticio, y nos ayudará a absorber mejor los nutrientes.
De la misma forma que debes ingerir todos los alimentos, tampoco puedes saltarte ninguna comida. Come tres veces al día y hazlo siempre a unas horas determinadas, evitando comer entre horas (sobre todo alimentos no sanos).
Mientras comes, evita estar realizando cualquier otra actividad. Nuestro cuerpo debe centrar la atención en no saltarse los pasos mencionados anteriormente, y la energía en realizar una buena digestión de los alimentos. Para ello evita la televisión, hablar por teléfono o tener el ordenador cerca. Por otra parte, si hay más personas en la mesa, procura que los temas de conversación sean adecuados, de forma que el ambiente sea tranquilo. No inicies un debate o discusión que alteraría el curso de la comida.
Siguiendo estos pasos conseguirás que la comida te siente mejor, sin prisas nin distracciones; y que tu organismo pueda aprovecharla adecuadamente. ¡Pruébalo!
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