Es muy común escuchar que hay grasas malas, que otras son buenas, que engordan... Pero realmente las grasas son muy necesarias en su justa medida para nuestro organismo y tienen varias funciones.
Las grasas protegen
nuestros órganos internos, nos ayudan a asimilar las vitaminas liposolubles A,
D ,E y K (solubles en cuerpos grasos), regulan nuestra temperatura corporal,
nos aportan sustancias que no podemos sintetizar y por supuesto es una fuente
de energía muy importante para los periodos de ayuno.
Las grasas ''malas'' son
las que se denominan también grasas trans, hidrogenadas o saturadas. En este
grupo se incluyen principalmente todas las grasas de origen animal, como
carnes, margarinas y mantequillas, pero también alguna de origen vegetal, como
el aceite de coco o el cacao.
Las grasas ''buenas'' son
las monoinsaturadas y polinsaturadas. En este grupo de incluye principalmente
las grasas de origen animal, como el aceite de oliva, soja, maíz, pero también
alguna de origen animal como es el pescado.
Los alimentos con
colesterol (considerado grasa ''mala'') son los fiambres, yema del huevo (por
eso recomiendan tomar solo 2 yemas a la semana)
, carne, etc.
Hay que diferenciar
también que las grasas de los alimentos no son las mismas que las que circulan
por nuestro torrente sanguíneo. Muchas empresas alimenticias dicen verdades
engañosas aprovechando esta falta de diferenciación. Por ejemplo, la margarina
light no tiene colesterol, y es cierto pero tienen grasas saturadas que en nuestro
cuerpo se combinan aumentando el LDL (colesterol malo).
Sabiendo esto, las grasas
saturadas debemos consumirlas en la menor cantidad posible, porque nuestro
hígado las convierte en colesterol muy fácilmente. Este colesterol será el que
se transporte por la LDL en la sangre, llevándolo del hígado a las arterias,
pudiendo provocar acúmulos, ateromas. Por esto, un alto consumo de estas grasas
se relaciona con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Por el contrario las
grasas insaturadas o polinsaturadas reducen el colesterol de la sangre cuando
sustituyen a las grasas saturadas en nuestra dieta. Esto sucede porque el
colesterol que se produce de estas grasas será transportado por las HDL
(colesterol bueno)hasta el hígado, donde se usa para reducir otras sustancias.
Por esto, las grasas del pescado y grasas vegetales en general se han asociado
con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además es importante
saber que la forma de aumentar la cantidad de colesterol bueno es haciendo
deporte, por ello deberíamos realizarlo frecuentemente.
¡Recuerda que nuestra
verdadera edad, es la edad que tengan nuestras arterias!
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